El código Morse al servicio del Perito Moreno (II)

Escribe: Eduardo A. Volonté.-

Habíamos cerrado la nota anterior con un imaginario “continuará” escrito con puntos, rayas y espacios. Hoy con el mismo lenguaje Morse reiniciamos el relato de aquella “picardía” al servicio de afirmar los derechos argentinos sobre esa porción de la Patagonia en Valle Huemules.

Volvemos a citar al chileno Hans Steffen, integrante de las comisiones chilenas para la delimitación del límite entre Argentina y Chile, quien en su libro publicado en

1947 se refiere nuevamente al tema:

“Pero mucha mayor fue nuestra sorpresa cuando, avanzando desde Laguna Blanca hacia el occidente, en demanda de la Colonia Kosowsky, encontramos en las cercanías de la divisoria de aguas, por lo tanto, en territorio reclamado por Chile, obreros ocupados en establecer una estación terminal de un telégrafo del Estado argentino, que desde Rada Tilly (actual Comodoro Rivadavia), en la costa atlántica, debía ser conducido hasta ese lugar”.

“Ahora bien, en aquella época la colonia Koslowsky estaba constituida por una amplia casa de adobes habitada solo ocasionalmente, junto con un galpón a medio terminar, en el cual se habían instalado los trabajadores. En todo su alrededor y hasta cientos de kilómetros no existía una sola población cuyos habitantes hubieran podido utilizar el telégrafo; también el valle del Aysén y la región costera vecina estaban todavía completamente deshabitados.”

“Por lo tanto, los trabajos en la “estación telegráfica de Koslowsky” evidentemente no eran otra cosa que una comedia puesta en escena a hora undécima con el fin de demostrar al Delegado del Tribunal, en forma efec­tista, el ejercicio de la soberanía argentina en la región disputada del valle superior del río Simpson. El límite definitivo trazado por el tribunal demuestra que semejantes medios, en parte no exentos de un dejo cómico, fueron del todo eficaces».

Otro testimonio 

Por su parte, Sir Thomas Holdich, el árbitro británico rememoró su estadía en la vivienda – estación telegráfica de Valle Huemules, y su grata convivencia con los galeses que trabajaban en el tendido del telégrafo:

«… la vivienda había sido construida por el propio Koslowsky, y ahora estaba siendo utilizada como una prematura estación del telégrafo. Yo la encontré bastante cómoda, mientras cerraba el negocio de la comisión y establecía comunicación con el capitán Robertson (enviado por Holdich al territorio de Santa Cruz para relevar el trabajo realizado por las comisiones argentinas y chilenas). Entretanto, se encontraba allí un grupo de galeses que eran empleados en el trabajo de construcción del telégrafo; los que acamparon cerca de mi cuarto. Eran un grupo de hombres robustos, alegres y capaces, de la colonia galesa de Chubut; que había progresado mucho bajo el auspicio de Argentina.”

Como se puede apreciar, Holdich opinaba igual que el chileno Hans Steffen, ya que consideró «prematura» a la estación del telégrafo de Valle Huemules.

Alejandro Aguado, el historiador que relata este episodio, bien destaca que “en su testimonio, Holdich deja constancia que sabía que el tendido del telégrafo no había alcanzado el Valle Huemules, por lo que se puede afirmar que el relato de Cayelli (citado en la nota anterior) estaba equivocado. Es decir que el árbitro británico no fue víctima de un engaño. Excepto el supuesto engaño, todo lo que relata Cayeli es verídico.”

Si bien entonces, no fue real la picardía de hacer pasar como en funcionamiento una línea telegráfica que solo estaba en etapa de tendido, el hecho no deja de ser risueño e igualmente sirve para destacar la importancia que tenía el telégrafo como medio de acortar distancias y contribuir a la población de esos inmensos territorios mínimamente habitados.

Y quizás, tal vez en alguna pequeña medida haya igualmente contribuido a que sean reconocidos los derechos argentinos sobre las zonas en disputa.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario
Por favor ingrese su nombre