Atentos al comunicado emitido por el municipio en nuestra edición del miércoles 11 de mayo, del que oportunamente se hicieron eco varias emisoras en horas de la mañana de esa fecha, se generó bastante “revuelo” entre quienes conforman un sector profundamente consustanciado con la actualidad de diversas instituciones sociales y deportivas.
En ese mensaje lanzado a los cuatro vientos, la Municipalidad a través de su organismo específico convoca a personas interesadas en asumir la nada fácil responsabilidad de “interventor”, en consideración al Expediente Nº 3436/22 que peticiona la Dirección Provincial de Personas Jurídicas. Concretamente, lo antes escrito se refiere a la confusa y prolongada situación de acefalía que acompaña al Club Deportivo y Cultural Ferroviario, fundado el 2 de marzo de 1932. Por lo expuesto, la considerada “entidad del riel” cuenta con un poco más de una centuria de su fundación.
No hace mucho de esto y en un artículo publicado en LA VERDAD, entre otros considerandos bregamos para que el destino de la también conocida como “entidad albiverde”, fuera encauzado por los carriles correctos. A nadie escapa que desde hace varios años a esta parte, esa institución cuya sede se encuentra ubicada en la avenida Dr. Pedro Solanet y calle Domingo Faustino Sarmiento, atraviesa por una situación muy irregular que no condice con su muy rico historial deportivo, social y cultural. Con respecto a lo último, damos fe que al promediar el siglo veinte, contaba con una excelente biblioteca.
Sus extraordinarios planteles futbolísticos; aquellas innumerables movidas sociales en sus salones y su situación de privilegio en nuestra comunidad durante muchas décadas, ameritan que de una buena vez la situación de ese club sea convenientemente puesta en condiciones. Así lo exigen tantos e inolvidables dirigentes que se entregaron “de cuerpo y alma” en procura de ubicarla y mantenerla en un sitial de prosperidad y grandeza.
Realmente, el Club Deportivo y Cultural Ferroviario no merece la situación por la que está atravesando. Según puede apreciarse por el comunicado, el municipio ha tomado cartas en este engorroso asunto, y no le va en zaga la Dirección Provincial de Personas Jurídicas. En atención a su riquísimo historial, seguiremos de cerca este proceso. Mientras tanto, compartiremos con los lectores dos fragmentos textuales de su historia.
ACTA DE LA REUNIÓN CONSTITUTIVA DEL CLUB DEPORTIVO Y CULTURAL FERROVIARIO
“En la ciudad de Ayacucho, a los dos días del mes de Marzo del año 1932 y siendo las 22 y 30 horas los ciudadanos cuya nómina al pie se detalla se reúnen en el local del Señor Ángel T. Mani, sito en la Avda. Solanet y Guemes, dejando así formado el Club Deportivo y Cultural Ferroviario de Ayacucho. Se procede en primer término a designar un presidente y un secretario para la citada reunión. Resultan electos los señores Juan Duffard y Pedro Petovello respectivamente. Acto seguido el Sr. Duffard en breves palabras explica el motivo de la reunión. El Señor Casimiro Cuneo, hace indicación para que se nombren los ciudadanos que integrarán la Comisión Directiva de la Entidad, y una vez conseguido lo cual se votará la lista completa y en secreto. Después de llegarse a un acuerdo en tal sentido se pasa a cuarto intermedio para confeccionar las boletas con los candidatos y proceder a la votación correspondiente. Se procede luego al escrutinio el que arroja el siguiente resultado: Con 30 votos el Sr. Domingo D’Eboli. Con 26 votos el Sr. Pascual Desiderio. Con 24 votos los señores Santos Baratucci, Luis B. Rivara, Roberto J. Morales y Francisco A. Simoné. Con 21 votos el Señor Próspero Puchulu. Con 20 votos el Señor Manuel Solís. Con 19 votos los señores Daniel Domínguez y Felipe N. Roldán. Con 16 votos el Señor Clemente Villalba. Con 15 votos el Señor Fermín Urrutia. Con 14 votos los señores Ángel Del Giovanino, Eustaquio Pereira y Juan Fourquet. Siendo las 24 horas del día ya citado se levanta la sesión dejando para la siguiente reunión la distribución de los cargos en los miembros”.
Por nuestra parte, acotamos que fue elegido presidente de esa primera comisión directiva, el Señor Domingo D’Eboli. También resulta grato a la memoria recordar que estuvieron presentes las siguientes personas que con el correr de las décadas dejaron la impronta de sus descendientes entre nosotros: Saturnino Fausto. David Fernández. Luciano Gonzales. Antonio Casas. Ángel López. Arnaldo Groppi. Raúl Bengoa. Héctor Bengoa. Alfonso Lauri. Ángel Bugallo. Felipe N. Roldán. Casimiro Cúneo. Santos Baratucci. Juan F. Thueill. Miguel Di Lelio. Héctor Teruggi. José A. Eugui. Leopoldo Settino. Armando Bonadé. Reinaldo Annechini. Carlos Fernández. Manuel Devoto. José A. Brion. Carlos F. Pozzo. Roque Vechiotti. Horacio Caro. Felipe Di Lelio. José H. D’Augerot. Juan G. Duffard. Hilario Álvarez y Oscar Ignacio Albano.
PIEDRA FUNDAMENTAL DE LA SEDE ACTUAL
Con respecto al primer lugar donde se reunieron las primeras comisiones directivas del Club Deportivo y Cultural Ferroviario, fue en una de las dependencias del almacén de ramos generales que tenía Ángel Teofrasto Mani, donde se realizó la asamblea constitutiva. Después se ocupó durante varios años la sede de “La Fraternidad”, ubicada en la avenida Dr. Pedro Solanet, entre su igual Cristóbal Colón y la calle Abelardo Boero. Posteriormente se trasladaron a una vivienda de la avenida Dr. Pedro Solanet y calle Inocencio Arroyo. Cabe recordar que en este último sitio “los albiverdes” organizaron las primeras competencias ciclísticas oficiales. El 30 de octubre de 1955, el primer presidente de la entidad, Domingo D’Eboli, procedió a colocar la piedra fundamental del edificio propio. En el acta correspondiente se distinguen aproximadamente un centenar de firmas.