El cielo de luto

De pronto, bastó con fijar la mirada hacia el suroeste para observar los densos y espontáneos nubarrones que habían oscurecido la marcha del sol hacia el poniente. En torno a la hora 18 de ayer miércoles 10 de abril, sutiles pinceladas comenzaron a dibujar sobre el firmamento extraños arabescos con tonalidades claroscuras; presagios de viento, lluvia y otras manifestaciones de una tormenta que con sus aristas inconcretas, mostraba su enojo hacia la tierra y sus habitantes.
No uno, sino varios fotógrafos se apresuraron a captar tamañas imágenes que la naturaleza ofrecía a raudales en forma de puñados de mariposas muertas. El nuestro, oportuno, fijó en la lenta de su cámara este panorama de un frente de tormenta atemorizante, pero profundamente bello y sensible ante tamaño regalo del enojado piélago de luto.

 

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