Nuestro siempre recordado Eduardo Stanley, continúa radicado en España, dedicado de cuerpo y alma a enriquecer su acervo vernáculo con permanentes presentaciones en diversos escenarios. Como es obvio suponer, siempre está en contacto con sus familiares, amigos y conocidos que suman un montón a partir de su dilatada como exitosa trayectoria integrando “Los Pichi Huinca”. Cabe acotar que esa agrupación que tantas satisfacciones brindó al canto y la música tradicional como conjunto, trio, dúo o como sea, continúa latente con lazos indelebles a los mejores recuerdos de los ayacuchenses, sin importar los tiempos transcurridos. Recientemente, Eduardo manifestó en las redes lo siguiente: “Me gusta escribir, de tanto en tanto y cuando la inspiración me llega, publico esto que me apareció en un día patrio”.
AMOR DE UN ARGENTINO
“Hoy desperté temprano y buscando algunas cosas
en un cajón guardada al fondo yo te vi.
Estabas arrugada, escondida y apretada
con ropas que de pronto no uso por aquí.
Te saque despacio y sobre una vieja mesa
te fui abriendo las alas, como la primera vez.
Y mientras te estiraba y veía tus colores
montones de recuerdos volvieron a mí ser.
Estabas tan preciosa con tu sol refulgente
como si me dijeras mostrame otra vez.
Y sin más que pensarlo y sin fecha pendiente
te puse en mi ventana y nunca te saqué.
Porque aunque la distancia nos haga más sensibles
y recordemos fechas que allá las olvide,
ella con su presencia de dama tan hermosa
es mi celeste y blanca y por ella moriré.
Y recorramos juntos las penas y las glorias
cuidando la BANDERA, aunque allá yo no esté.
Tentado por llevarte conmigo por el parque
te puse en mi espalda como aquella vez.
Te acordás de aquel 78, luego vinieron MALVINAS y el 86 .
Que felices fuimos en aquel momento
siempre había un festejo para enloquecer.
Pero poco a poco nos quedamos solos
y de tanto en tanto nos volvíamos a ver.
Hasta que un día decidí marcharme
Y dejarlo todo pues ya me cansé.
Pero a vos amiga no te dejo nunca
y en un rinconcito te traje aquella vez.
Porque aunque la distancia nos haga más sensibles
y recordemos fechas que allá las olvidé.
Ella con su presencia de dama tan hermosa
es mi CELESTE Y BLANCA y por vos moriré.
Y recorramos juntos las penas y las glorias
cuidando la BANDERA aunque allá yo no esté.