Desigualdad

Las peleas de políticos, muchas simuladas en la arena de los principales estrados, desaparecen como agua entre los dedos, se disipan y confluyen para lograr juntos el impulso común a la hora de lograr algo que les interesa y es afín a sus bien provistos bolsillos.

Votan y aprueban ganancias totalmente desmedidas, creando un malestar que aqueja a la población, cuando se comparan esos ingresos y las dificultades que la mayoría transita en esta geografía en las que nos toca vivir. Inflación y desastroso estado de la economía incluídos.

La reacción ante tamaña diferencia se hizo y se hace conocer, pero al parecer, nadie se inmuta y todo sigue su camino, tal cual se ha dispuesto. Lo mismo sucede con la morbosidad de las jubilaciones que se ventilan.

Con tamaña seguridad económica que llega a la cuenta de cada uno con rigurosa cadencia a fin de mes y que permite estar tranquilo, disfrutar, vestirse, alimentarse, viajar, cuidar la salud en los mejores centros, es muy sencillo sentarse ante un micrófono de una radio o TV y explayarse sobre lo que debe hacerse, en esta coyuntura política que asusta a la mayoría. Claro que no a todos.

También, desde esa posición harto ventajosa no resulta fácil entender el sacrificio, las penurias y el esfuerzo de cada ciudadano, para alimentarse, comprar remedios, asistirse, educar a sus hijos y arribar indemne a fin de mes. Sin pensar en otras necesidades como el merecido descanso, un viaje reparador en familia. Nada de eso. Hablamos de necesidades básicas no alcanzadas. No de utopías. Por ello es marcada una notoria desigualdad, que se mueve a las antípodas de la realidad.

Lo mismo ocurre con la obscenidad de las jubilaciones de las que gozan ex funcionarios que se elevan a un montón de innecesarios millones. Para que?. Todo crea rispideces, pero a ninguno le importa.

Y ello sucede cuando el hombre común recibe migajas en cuotas, bonos compensatorios vergonzantes, que se esfuman como agua entre los dedos, con los primeros gastos. Y el resto del mes? como se transita….

Finalmente me pregunto esa casta de ex dirigentes, algunos sospechados, es proporcionalmente tantas veces superior que un ciudadano de la mínima?. Seguramente nooo, pero en esta Argentina de desigualdades, siempre…. ayer, hoy y mañana ha valido y valdrá todo.

Así vamos. Unos en aviones de primera, otros en modernos autos y el resto a pie o en destartalados transportes. Hacinados.

Esa es la Desigualdad.