Con maquinaria ya instalada y un operativo judicial autorizado, la demolición del edificio siniestrado en la esquina de diagonal 77 y calle 48 marcará desde este lunes a las 10 un punto de inflexión para los vecinos del centro de La Plata. El depósito, que funcionaba sin habilitación y sufrió un incendio seguido de un derrumbe parcial el pasado 16 de julio, será desmantelado mediante demolición mecánica, una técnica precisa y controlada que busca evitar mayores daños sobre las propiedades linderas.
El procedimiento estará a cargo del Grupo Mitre, una firma especializada con base en Munro, contratada por la Municipalidad de La Plata. Durante el fin de semana, la empresa comenzó con tareas de limpieza y vallado. También se instalaron camiones de gran porte, grúas y equipos portantes que permitirán avanzar con la demolición del edificio, que presenta severos daños estructurales.
La demolición mecánica se basa en un proceso progresivo: la estructura será desmantelada de arriba hacia abajo, iniciando por el sector más comprometido donde aún permanece un tanque de agua en altura. “Se trata de una operación que combina excavadoras, retroexcavadoras y martillos hidráulicos para remover tramos críticos sin comprometer construcciones vecinas”, explicaron fuentes técnicas vinculadas al operativo.
El método fue elegido tras los peritajes realizados por la Facultad de Ingeniería de la UNLP, que advirtieron sobre un alto riesgo de colapso. También se detectaron antiguos tanques de combustible en el subsuelo, lo que obligó a descartar métodos más agresivos o menos controlables. Según detallaron desde el Grupo Mitre, el objetivo es “combinar rapidez con precisión técnica”.
El edificio pertenecía a la firma Aloise y había sido clausurado por el Municipio semanas antes del siniestro. Al momento del incendio, no contaba con habilitación. Aunque no se registraron víctimas fatales, los daños materiales fueron importantes y numerosos vecinos debieron ser evacuados. Muchos de ellos aún no han podido regresar a sus viviendas.
“Tenemos mucha incertidumbre porque no nos dan detalles fundamentales”, declaró un comerciante de la zona. “No sabemos cómo va a hacer ni cuánto va a durar. Tampoco nos aclararon si el lunes podemos abrir nuestros negocios con normalidad”.
El lugar permanece vallado y cerrado al tránsito. Se espera que la demolición avance por etapas y que la planta baja, que no presenta daños estructurales graves, sea intervenida en último término. Mientras tanto, crece la expectativa de los frentistas por una resolución que permita recuperar la normalidad en una zona que estuvo al borde del desastre