De visita por Independiente, donde todo se arregla y se rompe

Las ciudades que tienen plazoletas de juegos para niños y otros espacios adecuados para el solaz y esparcimiento de la gente menuda, considerando las vacaciones de invierno, lograron cumplir sus cometidos y las expectativas creadas en cuanto a la justificación de esos centros, que a la par contaron con turistas “regionales” que se acercan para disfrutar de esa especie de “liberación” después de tantos meses de sobrellevar la pandemia del Covid-19. Ayacucho, no estuvo ajeno a esa movida a través de sus varios emplazamientos de juegos infantiles que dable es escribirlo, fueron remozados recientemente.
Lamentablemente, el Complejo Recreativo y Deportivo Comunal del Club Independiente, que concentra a la gran mayoría de los chicos ayacuchenses, con proyección a visitas de posibles turistas, no puede cumplir con su cometido según lo esperado porque los juegos del parque infantil, en su mayoría se encuentran en deficiente estado, presos de manos salvajes o bien le carecen de elementos, al igual que el espacio reservado a las parrillas destrozadas, con varias de sus canillas faltantes e incluso perdiendo agua. Otro lugar es el anfiteatro “Gato y Mancha”, a disposición para efectuarse diversos espectáculos para niños, jóvenes y adultos, pero tampoco se encuentra en las mejoras condiciones.


Pero no todo es negativo, el pasto se muestra en condiciones excelentes por lo bien cortado y mantenido, pero lamentablemente este factor no alcanza para cumplir adecuadamente con los fines específicos del predio. A esta altura, es importante destacar que los dirigentes de la entidad con “Mito” Colavita a la cabeza, hacen lo que pueden y un poco más, pero esa predisposición tampoco alcanza a la hora del inevitable análisis de situación. Se arregla y se rompe y no se valora el paradisíaco lugar que poseemos los ayacuchenses.
Una familia visitante compuesta por el matrimonio, dos hijos y parientes en nuestra ciudad, estuvo en el Complejo. Después de finalizado el paseo con los respectivos “guías”, se lamentaron por el “tesoro” que tiene Ayacucho, a expensas de una naturaleza generosa, pero se “apenaron” ante el estado que observaron. ¿Quién podría hacer algo al respecto? Se sobreentiende que tanto al municipio como a la entidad les cabria esa responsabilidad. Según se aprecia, estos problemas vienen de lejos. Es que parece no cierto como se destruye todo. Si hay una canilla, la diversión es romperla. Lo mismo ocurre con las parrillas, los bancos y todo lo que con esfuerzo se construye. El salvajismo vuelve a poner las cosas en el debe. Y así por años. El césped se encuentra en las mejores condiciones pues se corta y no se puede destruir. Es así.

Bueno sería vigilar y castigar debidamente a los infractores. Como? verificando quien ingresa y asignando sitios con un debido control. Si no es así se repone y se rompe. Municipio y club trabajan y los visitantes destruyen…. Pruebas al canto.

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