Hasta el más distraído puede advertir el alza que muestra el parte de la víspera, confeccionado por el departamento de Prensa de la Municipalidad, indicando cifras que despiertan la atención.
Se han sumado, luego de una etapa mesetaria, 13 casos positivos entre testeos tradicionales y rápidos. Evidentemente movió el número, para alertar que puede ser el punto de partida de otra ola fuerte de covid en la ciudad.
Si miramos a nuestro alrededor Ayacucho viene siendo una isla en donde los contagios no se daban como en el resto de las ciudades de la Pcia de Buenos Aires. Estamos bien, quizás producto de un gran trabajo de concientización en los cuidados y de la excelente conducta sanitaria de la población.
Pero evidentemente se ha encendido el alerta rojo que habrá que vigilar con atención en estos días para observar su evolución.
Que es lo que puede ocurrir, no se sabe, si se trata de una simple alarma que se desvanece o se viene una nueva escalada de contagios. Sea lo que fuere, habrá que redoblar esfuerzos en el cuidado y la prevención para contrarrestar en la medida de lo posible males mayores, que pueden hacer colapsar nuestro centro asistencial. Y ahí está el punto de mayor preocupación, provocar el desborde de UTI.
Queda para cada habitante de esta ciudad, respetar los protocolos a rajatabla, mantener el distanciamiento en cada sitio donde se concurre, utilizar el barbijo permanentemente y el especial aseo de manos. Lo que siempre se ha insistido. Así nos irá mejor dentro de un cuadro que preocupa a las autoridades sanitarias que están desde el día 1 en la trinchera, luchando contra esta pándemia que nos azota y no da respiro.
De nuestro correcto comportamiento individual y colectivo dependerá salir indemnes de esta lucha, si se quiere un tanto desigual. Está en cada uno de nosotros.
Por ahora, vistos con ojos responsables, los números causan preocupación.
OMA