Ceremonia conmemorativa por el hundimiento del buque pesquero «Narwal»

Especial para LA VERDAD por el Corresponsal ARA-ANAT Oscar Héctor Filippi. En la jornada de la víspera, lunes 9 de mayo, desde la hora 10, se llevó a cabo en Mar del Plata, la ceremonia conmemorativa del cuadragésimo aniversario del hundimiento del buque pesquero “Narwal”. El evento fue organizado por la Escuela Nacional de Pesca “Comandante Luis Piedrabuena”, perteneciente a la Armada Argentina, y el Centro de Civiles Veteranos de Guerra “Operativo Malvinas”. Tuvo lugar en la Plaza “Narwal”, ubicada en las calles Aguado y Tripulantes del Fournier, contando con la presencia de autoridades navales, municipales y referentes de las distintas asociaciones de Veteranos de la Guerra de Malvinas.

El buque pesquero “Narwal” perteneciente a la “Compañía Sudamericana de Pesca y Exportación”, participó del conflicto del Atlántico Sur junto a otras unidades civiles que cumplieron distintas tareas que contribuyeron al accionar argentino. Mientras realizaban sus labores de pesca, informaban los movimientos de los buques británicos.

El 9 de mayo de 1982, a la hora 9, el “Narwal” al mando de su capitán Asterio Wagatta, informaba el ataque sufrido por dos aviones Sea Harrier ingleses. Unos minutos después daban cuenta de la muerte de su contramaestre Oscar Rupp, las heridas de los tripulantes y los daños sufridos por la unidad, que finalmente se hundió en las gélidas aguas del Mar Argentino.

“¡Así atacamos al Narwal!”

Uno de los pilotos británicos que participó del primer ataque, el teniente de patrulla Dave Morgan, de la Royal Navy, nos da su versión del primer ataque al buque pesquero “Narwal ” en la mañana del 9 de Mayo de 1982. “Habían pasado ocho días desde el primer ataque al aeropuerto de Port Stanley (Puerto Argentino). Ese día teníamos que repetir la misión, pero esta vez desde 18.000 pies (6.000 metros). Por entonces nos dedicábamos a hostigar a sus ocupantes. Debíamos soltar las bombas sobre la pista. Pero se nos había ordenado cancelar la misión si la visibilidad no era óptima en la zona del blanco. No podíamos causar daños materiales ni víctimas en la población civil. Debíamos asegurarnos de no alcanzar la ciudad de Stanley.

Cuando llegamos sobre el blanco, las nubes cubrían completamente el aeropuerto y sus alrededores. Cancelamos el ataque y se nos reasignó para cumplir una misión de patrulla aérea de combate (PAC). Seríamos dirigidos por el controlador radar del HMS “Coventry”. Volaba en sección (dos aviones) con mi compañero “Gordie” (no identifica nombre ni rango). Nos alejamos a 18.000 pies, la artillería antiaérea de los argentinos había demostrado ser muy efectiva por debajo de esa altura. De hecho mi avión fue alcanzado por munición de 20 mm el 1º de mayo. Conecté mi radar y detecté un blanco en superficie (sobre el mar) a unas 60 millas al sudeste de Port Stanley, muy en el interior de la Zona de Exclusión Total. Informé al HMS “Coventry” y pregunté si era uno de los nuestros. Contestaron que no y nos ordenaron investigar. Volamos directo hacia el contacto. Descendimos a través de las nubes y emergimos a 500 pies (150 metros). Al acercarnos, constatamos que era un buque pesquero, un gran arrastrero por popa que llevaba rumbo oeste. Comunicamos la novedad y desde el “Coventry” se nos dijo que esperáramos.

Aguardamos un par de minutos orbitando el pesquero, hasta que desde el “Coventry” se nos ordenó: ¡Empeñen el blanco!. Le comuniqué la orden a mi numeral, “Gordie”, quien me contestó: “Muy bien, voy primero, le disparo una ráfaga corta por la proa”. Realizó la corrida de tiro, pero el pesquero continuó su marcha con rumbo Oeste. Todavía llevábamos la bomba de 1.000 libras (500 Kg) que deberíamos arrojar al mar debido a que no podíamos descender en el portaaviones con ellas. Estaban calibradas para un ataque desde alta cota, con un retardo de siete segundos entre el lanzamiento y la activación de la espoleta. Ello quería decir que no tendrían tiempo de armarse si la arrojábamos en vuelo a baja altura, pero pensamos que nos daba lo mismo tirarlas sobre un buque argentino que en cualquier otra parte. Inicié mi corrida de bombardeo y la bomba, apuntada a la chimenea, cayó al mar junto al costado de estribor. Mi numeral siguió el ataque y su bomba cayó al costado de la banda de babor, cerca de la proa. Pero como esperábamos, todavía no se había armado y no explotó.

Como el arrastrero no detenía su marcha, realizamos dos pasadas más, le disparamos más de 200 proyectiles de 30 mm cada uno, elegimos el sector del puente de mando y la zona de la sala de máquinas. La última pasada le obligó a parar máquinas. Informamos de ello y mandaron unos helicópteros Sea King con dotaciones de presa para capturarlo.”

CONCLUSIONES

Comenta Oscar Héctor Filippi: “En este frío y desapasionado relato, el teniente de patrulla Dave Morgan, omite algunos detalles, quizás porque la velocidad de la maniobra luego de lanzar la bomba para ascender y realizar una nueva “percha” para la pasada de ametrallamiento, le impidió ver que su bomba sí explotó, bastante cerca del través de la banda de estribor del “Narwal”. Esa fue la explosión que el capitán Asterio Wagatta, no identificó y que expresó que destruyó dos camarotes. La pasada de ametrallamiento la dirigida a la sala de máquinas, es la que destruyó varias mesas del comedor de la tripulación y la que hirió de muerte al contramaestre del “Narwal”, Omar Rupp.

El “Narwal” recibió otros dos ataques aéreos esa mañana; uno alcanzó las balsas sin que se produjeran más víctimas fatales, pero once tripulantes sufrieron heridas, en su mayoría por esquirlas, de la munición fragmentada o de fragmentos del buque al ser “cosido” a tiros.

Los tripulantes fueron capturados y transferidos al HMS “Invencible”. Este portaaviones fue atacado el día 30 de Mayo por una escuadrilla de aviones A-4C Skyhawk de la Fuerza Aérea Argentina, reforzada por una sección de aviones Súper Etendart de la Aviación Naval que lanzaron un misil Exocet. El portaaviones, pese al secreto inglés, fue alcanzado y seriamente averiado. Hoy casi se puede afirmar que fue hundido. Sólo falta que Gran Bretaña, explique si se fabricaron tres de esos portaaviones (Clase Invincible), por qué hoy sólo podemos contar dos en su inventario, por más que uno de ellos siga llevando el mismo nombre”.

UN HISTORIAL DESTACADO Y HONROSO

Como escribimos más arriba, Oscar Héctor Filippi, es Corresponsal Naval en la Armada Argentina. Ha participado embarcado en los Operativos Internacionales: ATLASUR; FRATERNO; UNITAS; INTREGRACIÓN; SAR 2000; 2002; 2004 y 2006 y MILENIUM II. Ha navegado en todas las unidades de guerra de la Armada Argentina, en unidades de superficie brasileñas, uruguayas, norteamericanas y británicas. Ha participado de la “Etapa Charlie” a bordo del Aviso (A-6) ARA “Suboficial Castillo” en la Antártida Argentina, durante la Patrulla Antártica Naval Combinada con la Armada de Chile en 2010.

Ha volado con la 1ª y 2ª Escuadrilla Aeronaval de Helicópteros. Acredita muchos anavizajes en la cubierta de distintos buques. Ha realizado diez singladuras en la Fragata ARA “Libertad”. Es Submarinista Honorario, realizando cuatro cruceros (Dos en el submarino ARA “San Juan” y dos en el submarino ARA “Santa Cruz”). Ha operado con Fuerzas Especiales (APBT y APCA) de la Armada Argentina. Con la Fuerza Aérea Argentina ha cubierto distintos operativos nacionales e internacionales.

Es investigador del Conflicto del Atlántico Sur, realizando más de 300 entrevistas a veteranos de guerra. Ha publicado más de 100 artículos sobre dicha temática y disertado en más de 20 ciclos académicos sobre Malvinas.