“Caballos de Quilmes” Cedió tres animales a una escuela de monta local

Bien es conocida a nivel nacional en nuestro caso, la situación de maltrato por la que atraviesan innumerables caballos, precisamente aquellos que son utilizados en los sectores periféricos para transportar todo tipo de elementos. En definitiva, generalmente esos nobles animales que pasan hambre y sed, son dejados con sus improvisados arneses incontables horas y al rayo del sol o bajo las lluvias más intensas. Se han dado casos en que las yeguas que han vivido esas despiadadas situaciones han parido estando de pie.

En ese contexto se han hecho reclamos a las autoridades pertinentes, pero en casi todos los casos han caído en saco roto debido a la protección que tienen los propietarios de estos animales.

Pero no todos hacen la vista gorda cuando se maltratan a los caballos. Una de esas instituciones que no se mantiene al margen de semejantes vejaciones, es la asociación civil “Caballos de Quilmes” sin fines de lucro, que cuenta con el reconocimiento de Entidad de Bien Público. Obviamente, se encuentra en Quilmes.

Hace cinco años que sus integrantes y colaboradores rescatan y se encargan de la recuperación de los caballos, por los que tanto batallan, principalmente aquellos que han sido sometidos a la explotación más cruel en los carros. A la par de terminar con sus sufrimientos, aportan para sus rehabilitaciones y los curan con su equipo de médicos veterinarios y voluntarios en cuerpo y alma.

Manifestó uno de sus directivos: “Nuestro sueño es dejar de ver caballos tirando de un carro. Queremos dejar de ver el sufrimiento en nuestras calles. La situación de esos animales es terrible. Luchamos para que los caballos queden al margen de esa explotación”.

La asociación “Caballos de Quilmes” cuenta con cien hectáreas donde mantiene a los caballos que han sido recuperados de tanto maltrato, que suman aproximadamente 370. Actualmente poseen 180 animales listos para ser adoptados.

EN LA ESCUELA DE MONTA “LA ESCONDIDA”

Recientemente esa institución quilmeña donó tres caballos a la Escuela de Monta “La Escondida”, dirigida por nuestra convecina Pilar Freije. Nos referimos a “Amorina”, “Tomasa” y “Galo”, quienes después de sufrir durante años terribles flagelos de los que exponen muestras todavía, encontraron un verdadero oasis de paz y tranquilidad en ese predio ubicado en la esquina de las calles Roque Sáenz Peña y Dr. Roberto Alexander. A la par de ser cuidados convenientemente para su total recuperación, reciben permanentemente el cariño de los alumnos que están aprendiendo a andar a caballo. Sin lugar a dudas, después de los sufrimientos extremos por los que han pasado, sus nobles vidas transcurren apaciblemente como debió haber sido siempre.

PILAR FREIJE: PASIÓN POR LOS CABALLOS

Con el propósito de ampliar un poco más este gratísimo episodio, estuvimos con Pilar Freije. De esa extensa como amena conversación surgió lo que sigue: “Mi relación con los caballos surge por mí papá, veterinario, quien me transmitió su fascinación por ellos. Durante muchos años hicimos juntos equitación con un gran jinete y apasionado por los caballos, Carlos Moratorio, y él fue quién me enseñó que el jinete y el caballo cuando están juntos, deben ser uno sólo, debe haber respeto y confianza mutua. Años más tarde, estudié medicina veterinaria y me especialicé en equinos. Por esas vueltas de la vida y al no hallarme en el lugar donde ejercía, volví a mi ciudad natal con el objetivo de tratar de fomentar el vínculo con el caballo y brindar un espacio para todo aquel que se sienta atraído por ellos, y quiera relacionarse con estos increíbles seres.

Los caballos de la fotografía fueron rescatados por “Caballos de Quilmes”, una entidad que se dedica a recuperar estos animales maltratados y en situación de abandono. Cuando me enteré que una vez puestos en condiciones les buscan un nuevo hogar, no dudé en brindarles una nueva oportunidad y todo el amor y cuidados que se merecen.

Por último, quiero aclarar que la escuela de monta “La Escondida”, está abierta a personas de cualquier edad pero con algo en común, la pasión por los caballos. Aprovecho esta oportunidad para ofrecerme como intermediaria de aquellos que quieran contactarse con la asociación de Quilmes, tanto para colaborar como adoptar uno o varios caballos”.

Nota de la R: Pilar Freije, se refiere a Carlos Alberto Moratorio. Campeón Mundial 1966 en Inglaterra; Campeón Sudamericano 1962 en Brasil; Medalla de Plata 1964 en los Juegos Olímpicos de Tokio, entre numerosos logros nacionales, sudamericanos y mundiales.

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