Una jornada muy tranquila, de descanso, resultó ser la primera del año, luego de la intensidad de los días previos que incluyen los festejos de Navidad y la preparación del encuentro de fin de año que reúne a la familia y los amigos alrededor de mesas en su mayoría pantagruélicas y bien regadas.
Se notó claramente el hecho positivo de una gran merma de la pirotecnia, lo que sin dudas, trajo alivio general, ya que no solo de festejos y ruidos se trata. Nunca debemos olvidar que existe gente que por una u otra circunstancia debe transcurrir en un hospital aquejada de una dolencia o que está enferma en su casa y necesita silencio, paz y tranquilidad. También las mascotas sufren, por lo que el acotado uso de cohetería que aturde, fue un avance positivo y una real toma de conciencia. Quedó claro que se puede festejar de otra manera.
Avanzamos en tal sentido, es de esperar que con ese punto de partida, lo sigamos haciendo y que Dios tenga buenas nuevas para este 2020. Que sea un año que no nos exija de la manera que lo hizo su antecesor.
Todos necesitamos un cambio para permitirnos vivir mejor, en un país que todo lo tiene, pero que también incluye la mediocridad en la clase dirigencial. La buena acción de ellos repercutirá en mejoras para un pueblo castigado hasta el hartazgo.
Que marche bien el 2020, con ruedas bien aceitadas y menos carga.
Bienvenido!!!. OMA