Barrio Hipódromo de La Plata: la broma de dos chicas platenses que llegó demasiado lejos

Estela Boquín entrevistada por Gente en 1968, junto a su madre Dora y su hermanita Patricia. (Archivo del autor)
Ocurrió en julio de 1968. Las hijas de un jockey de La Plata afirmaron haber visto a un humanoide de dos metros de altura que emitía luces y decía una misteriosa palabra. Años más tarde, admitirían que todo había sido una “travesura”.

Por Marcelo Metayer, de la Agencia DIB

En la madrugada del 9 de julio de 1968 dos adolescentes que vivían en una casa del barrio Hipódromo de la ciudad de La Plata se despertaron por un zumbido extraño. Se levantaron y fueron a ver qué sucedía. Y las sorprendió un hombre muy alto, de unos dos metros, que emitía radiaciones luminosas, y que las miraba con ojos muy celestes. El ser, que dejó huellas en la casa y el rastro de sus dedos en el marco de la puerta, intentó comunicarse con la mayor de las hermanas y le dijo algo que la joven no entendió, como “hatuyú” o “yatutú”. Luego se desmayaron. El suceso, otro registro de actividad anómala durante el agitado 1968, conmocionó al barrio, ya que además las chicas, Estela (15) y Silvia Boquín (12), eran hijas de Horacio Boquín, un conocido jockey platense. Les hicieron notas en Gente y aparecieron en el programa Sábados Circulares de Nicolás Mancera. El relato aparece en libros de ovnilogía de la época e incluso actuales. Pero todo había sido una broma.

En los meses precedentes al incidente del Barrio Hipódromo hubo al menos tres episodios muy parecidos, que el investigador platense Carlos Ferguson agrupó bajo el rótulo de “el extraño personaje de 1968”. Dos de estos sucesos ocurrieron en Mar del Plata, uno en abril y otro en junio, y el tercero, también en junio, en Villa Carlos Paz, provincia de Córdoba. Este último, ocurrido el 14 de junio, fue muy difundido y tuvo como protagonista también a una chica, María Elodia Pretzel, de 19 años: vio a un ser muy alto y rubio con una esfera luminosa, que proyectó en la mente de la joven las palabras “no temer”, hasta que ella se desmayó.

La entidad que vio la joven en Villa Carlos Paz. (Revista Stendek)

Mensaje y misterio
El hecho que sacudió a la capital bonaerense ocurrió menos de un mes después del caso cordobés y tiene bastantes coincidencias con éste. La primera noticia que salió fuera de La Plata fue una breve columna en el diario Clarín del 18 de julio, titulada “’Yatutú’: ¿Mensaje?”. Allí se cuenta que “la hija del conocido jockey platense Horacio Boquín, estudiosa jovencita de 15 años, hizo un extraño relato referido a la visita de un ser ‘de otro mundo’. Lo más extraordinario de la experiencia que dice haber vivido la adolescente es que el raro visitante (dos metros de altura, cabellos largos y rubios y ojos celestes muy abiertos) habría intentado entablar conversación con ella, balbuceando una palabra: ‘yatutú’, así, acentuada en la u final, como si quisiera transmitirle un mensaje. Al oír la voz del desconocido la joven se desmayó. Agregó que a su lado estaba también su hermanita de 12 años, que corrobora el insólito relato”.

La nota de Gente, aparecida el 25 de julio, ofrece más detalles pero también arroja sobre el tema un manto de escepticismo: “Los padres lo único que desean es olvidar todo, para evitar así las bromas del barrio y de los amigos que hasta llegaron a escribirle sobre el capot de su Chevrolet la palabra ‘Marcianos’”.

La adolescente relató a la periodista que después de lo ocurrido “cambié, me encuentro más rara, más nerviosa, duermo con miedo. Aunque me gustaría que ese ser se me volviera a aparecer para preguntarle qué quiso decir con ‘ha tu yu’”. Ante la pregunta de si la aparición no habrá saludado “how are you”, Estela respondió: “No, no, no. Yo conozco el inglés, pero no me dijo nada en una lengua conocida”.

Luego narró el encuentro: “A las 2.30 de la madrugada del 9 de julio estábamos mi hermana Silvia y yo en el cuarto. Ella estaba estudiando. Yo la cachaba hasta que al fin me dormí. Un rato después, no puedo saber cuánto pasó, me desperté con un zumbido en la ventana. Era un ruido raro, insólito. Me levanté y salí con mi hermana hasta la puerta. Todas las luces de la casa estaban prendidas. A pocos metros de nosotros, serían dos metros, un hombre muy alto, que emitía radiaciones luminosas, nos miraba”.

Continuó: “Medía más de dos metros, tenía los brazos y las piernas excesivamente largos, las orejas terminaban en puntas y las cejas iban para arriba. Tenía unos ojos celestes muy grandes y me miraba muy fijo. Su traje era una especie de buzo luminoso, y estaba cubierto por una cápsula verde que giraba y emitía luces rojas, violetas y lilas”.

Cuatro dedos en el marco
Estela mostró, luego, las huellas. Entre la cocina y el patio de la casa de los Boquín había dos puertas. La de madera, cuenta la nota, “estaba cubierta de tierra y sobre una de las maderitas había marcados cuatro dedos como de alguien que quiso sacar la tierra”.

Cuando la periodista y el fotógrafo se disponían a retirarse, Dora de Boquín, la madre de las chicas, los atajó: “Por favor, denle poca trascendencia. Es por mi esposo, ¿sabe? No quiero que se hable de nosotros. Porque al final puede ser sólo una fantasía o un sueño de mi hija, ¿no?”.

Al poco tiempo, la adolescente aparecería en el famoso programa Sábados Circulares para hablar del presunto alienígena. Mientras tanto, las bromas continuaron. En un diario de esos días apareció un chiste de Basurto en el que se veía un jockey con su hija al lado, desmayada, y un extraterrestre que le decía: “No asustarse. Yo querer dato para 6ª carrera”.

“Fue una travesura”
Pasaron los años y el caso se convirtió en un clásico de la capital de la provincia de Buenos Aires. Así, figura en “Los platos voladores y sus tripulantes” (1969), de Eduardo A. Tucci y Alberto Giordano, y hace pocos años lo destacó el citado investigador Carlos Ferguson en “Ovnis en La Plata”, publicado en 2019.

En 2020 falleció Estela. Su hermana menor Patricia, hoy en día una reconocida cantante, publicó un texto para recordarla en el que afirmaba: “Era tan tremenda mi hermana que un día inventó que había tenido contacto con seres extraterrestres”. En otra ocasión destacó que Estela y Silvia “hacían un dúo que le sacaban canas verdes a mí madre y mi padre, entre esas anécdotas que contaban como gran travesura recuerdo que inventaron haber tenido un encuentro con un extraterrestre y hasta salimos todos en la revista Gente”.

Consultada por este cronista, Patricia Boquín respondió con amabilidad: “Lamento decirte que con el tiempo mi hermana reconoció que fue una travesura de ella y no fue realidad lo que ocurrió”.

La artista agregó: “Mi hermana lo contó después de muchísimo tiempo, creo que después de haber tenido hijos, como para reconocer y admitir la verdad. Pero no creo que lo haya hecho con mal gusto. sino para llamar la atención. Eran tremendas con Silvia. Quedó para la historia como una anécdota cómica”.

Las hermanas Patricia y Estela Boquín se presentaban juntas. (Facebook)

Como sea, la “travesura” hizo famosas a Estela y Silvia Boquín. Más allá de la broma, no deja de llamar la atención cómo el fenómeno ovni, del que las apariciones de seres son una faceta importante, se reinventa continuamente. Y quienes fabulan casos, ya sea con ansia de fama o solo para divertirse, no dejan de aportar material a este fascinante enigma. Aunque sea con su imaginación. (DIB) MM