Arturo Aranda: entre genialidades mecánicas y el aeromodelismo

El lunes 3 de la semana en curso y como al pasar, llegamos hasta el taller de reparación de motocicletas (y algo más) ubicado en la calle Mariano Moreno, entre Roque Sáenz Peña y 25 de Mayo. Sin más preámbulo, reducto de Arturo Aranda. En los numerosos estantes y mesas se amontonan piezas y motores desarmados al mejor estilo de quienes están apegados a aceptar todos los problemas mecánicos que se le presentan: «dejameló, que algo vamos a hacer…»
Entre tantos escaparates, aparecen las formas de aviones en escala desarmados, a la espera que Arturo, con su reconocida capacidad para «esos menesteres» le ponga manos a la obra y surjan como por encanto esas pequeñas flechas aladas que muy pronto surcarán los caminos del aire en el campo de vuelo del Aero Club local.
En efecto, se trabaja activamente para que el domingo 23 de febrero se realice el considerado Primer Festival de Aeromodelismo, y en ese quehacer han sido invitadas agrupaciones que pertenecen a Tandil, Olavarría y otras ciudades de la región. «No es fácil reunirlos», nos comenta Arturo, haciendo alusión a los costos de armado y mantenimiento de los pequeños aparatos y el traslado hasta Ayacucho. No obstante, no se escatiman esfuerzos a través de varias voluntades encabezadas por nuestro entrevistado, quien sacando fuerzas de flaquezas continúa empeñado en presentar un espectáculo inusual, muy pocas veces observado en nuestro medio y para mejor, con entrada totalmente gratuita.
Cabe acotar que este Festival cuenta con el aval de la comisión directiva del Aero Club local, con la participación de artesanos, agrupaciones de automóviles antiguos y actuaciones de grupos musicales. Durante toda la jornada funcionará un servicio de cantina y parrilla y así las cosas, se aguarda a que el clima se preste para disfrutar de las evoluciones de los aviones a escala que generalmente son réplicas de modelos conocidos.
Cuando nos marchamos del taller de Arturo Aranda, lo hicimos con la sensación de haber estado conversando con uno de esos «genios» de los motores; de todo lo difí

cil y complicado a la hora de reparar y armar lo que generalmente otros consideran desechable. No pudimos menos que recordar a Alberto «Nene» Liuzzi, a cuyos «desordenados» procederes administrativos los suplía con genialidades mecánicas, y a Luis Malvestitti, un «maestro» en solucionar entuertos generados por los fierros de todas las clases y calibres. Arturo Aranda, tiene un poco de ambos, y de otros bohemios empedernidos que sin reparar en horas de trabajo y menos en cobranzas, hicieron del taller un templo para rendirle culto a las tuercas y tornillos.
«Espero que el domingo 23, concurran al Aero. Van a poder observar un buen espectáculo a cargo de extraordinarios maestros del aeromodelismo», nos dijo Arturo Aranda, a modo de despedida, mientras le dirigimos una última mirada a un avión a escala semi-desarmado…

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