Acordar políticas de Estado

Escribe: Eduardo A. Volonté.

La historia institucional de nuestro país está plagada de enfrentamientos y antinomias que signaron cada época.

Se estaba de un lado o del otro.

En muchos casos esas divisiones desgarraban incluso a las familias.

Esas diferencias casi irreconciliables, esa grieta -usando un término actual- no era o es algo novedoso. Monárquicos y republicanos; unitarios y federales; porteños y provincianos; Peronistas y antiperonistas, son solo algunas pocas de las tantas divisiones que han marcado a la Argentina.

Cada gobierno entrante parece destinado a dar vueltas patas para arriba todo lo hecho por el anterior sin distinguir lo bueno de lo malo.

LOGRAR CONSENSOS

Nuestra historia no posee muchos ejemplos de la implementación de lo que se denominan políticas de Estado.

Con esos términos se pretende distinguir aquellas políticas que representan aspiraciones nacionales comunes a todos, que para su concreción demandan una continuidad en el tiempo, que excede a una gestión de gobierno, que requieren una fuerte unidad y consenso social.

Se las distingue así de aquellas otras simples políticas de gobierno que llevan el sello característico de la fuerza política que ejerce circunstancialmente el gobierno.

Las relaciones exteriores, la educación, son quizás los más claros ejemplos de lo que deben ser políticas de Estado.

Este concepto de lo que deben ser verdaderos comunes denominadores, es también válido y aplicable en las otras instancias de gobierno que nuestro régimen institucional presenta: los ámbitos provinciales y municipales.

ACÁ TAMBIÉN

Los ayacuchenses como sociedad podemos –y deberíamos- tener también políticas de Estado para algunos temas fundamentales que hacen al desarrollo y progreso de nuestra comunidad.

Seria fijar entre todos los sectores involucrados, gobierno, oposición con y sin representación legislativa, organizaciones representativas de la producción, el comercio, gremiales, culturales, etc. una agenda de temas de interés prioritario y una estrategia común básica a desarrollar con continuidad en el tiempo y el apoyo del conjunto.

De esta manera se ganaría en capacidad negociadora, se aumentarían los recursos de todo tipo disponibles, se ofrecería un frente homogéneo y coherente.

Es verdad que la construcción de esa agenda común demandará esfuerzos de todos, aportes serios, comprensión y apertura hacia el pensar de los demás, despojarse en parte de intereses sectoriales o de grupo.

De la mano de nuestro crecimiento como ciudadanos cabalmente democráticos, y también producto de la necesidad del conjunto, llegará el día en que esto se haga realidad.

El Plan Estratégico Ayacucho Futuro que viene impulsando y llevando a cabo el Municipio es un hecho concreto en la dirección antes apuntada.

De las distintas Mesas de trabajo, del intercambio de ideas y propuestas, de las visiones que cada uno aporte, se irá modelando un proyecto común para el desarrollo de nuestro partido en las próximas décadas.

Sin duda será para el bien de todos.-