Abel Antonio Simoné: Un convecino honorable

El martes 9 de la semana en curso falleció en nuestra ciudad, Abel Antonio Simoné. Aquejado de un problema físico que no pudo superar no obstante los esfuerzos médicos, dejó este mundo a los 78 años de edad para residir en el otro, adonde van los hombres buenos de alma y corazón.
Abel, fue uno de los últimos exponentes de una profesión cercana a su desaparición definitiva. Nos referimos a la de Operador Telegrafista, puesto que se desempeñó durante varias décadas en el Telégrafo de la Provincia de Buenos Aires, cumpliendo el duro y complicado aprendizaje desde el escalón inicial hasta alcanzar la tan anhelada escala, contando para ello con extraordinarios compañeros de fines e ideales.
En ese quehacer, a la par de su capacidad puso en evidencia su reconocida condición de responsabilidad y profundo sentido del compañerismo, hasta el cierre definitivo de la repartición.
Pero su vida laboral no se limitó a los manipuladores, sonadores y galvanómetros, puesto que paralelamente incursionó durante varios años en el pequeño y gran mundo de la música integrando un conjunto que se presentó en una amplia zona de influencia con marcado suceso. Nos referimos a “Grupo 70”.
En cierto pasaje de su activa existencia, se hizo cargo de la distribución de LA VERDAD en nuestra ciudad, a la par que aglomeró en ese entorno la representación de otras publicaciones de tirada nacional e internacional, exponiendo su reconocida solvencia empresarial.
Fue un compañero y amigo sumamente confiable, a la par que un admirable jefe de familia por la que trabajó denodadamente para cumplir a rajatabla con el consabido rito de prodigarles todo el amor posible, a la par de la seguridad económica que los dejara al margen de los lógicos imprevistos cotidianos.
Abel Antonio Simoné, fue un convecino justo y honorable que honró a la vida, exponiendo en sus 78 años de prolífica existencia lo mejor que supo y pudo. Quienes lo conocieron bien y lo trataron, seguramente habrán de recordarlo siempre como “un gran tipo”, humilde, sencillo, con su corazón y mano siempre dispuesta al servicio de sus semejantes.
Que reine la eterna paz en su tumba, y llegue el consuelo para sus seres queridos que lo llevarán siempre entre los mejores recuerdos de sus vidas..