En torno a las 11 hs. de ayer se realizó un breve y emotivo acto bajo el ginko biloba situado en Plaza San Martín, árbol oportunamente plantado en su memoria y a cuyo pie se redescubrió una placa recordatoria del primer Intendente Municipal elegido por el pueblo con la reinstauración de la democracia a partir de 1983, Castor Joaquín “Tuco” Echevarría.
Del homenaje participaron los hijos del fallecido jefe comunal, Alfredo y Ana Lía Echevarría, amigos de la familia, el Intendente Municipal, funcionarios municipales actuales y de la gestión del homenajeado, simpatizantes de la UCR y –en un gesto por demás valorable- ediles de todas las bancadas del actual Concejo Deliberante.
Luego de descubrirse la placa, lo que estuvo a cargo precisamente de los hijos del homenajeado, brindó un breve pero encendido discurso quien fuera electo Concejal en 1983 y luego convocado por Echevarría para hacerse cargo de la entonces Dirección de Bienestar Social, el Sr. Pedro Oillataguerre.
Luego de una breve alusión sobre la persona del ex Intendente, principalmente sobre su conocimiento de la población y sobre su humor, citando algunas anécdotas, Oillataguerre centró sus palabras en destacar al hombre público. Así habló del compromiso democrático y republicano de Echevarría, citando su respeto y relación con los Concejales a tal punto que invitaba mensualmente a participar de reuniones a ediles tanto oficialistas como de la oposición, su permanente preocupación por la austeridad y la transparencia así como el profundo sentido social de su gestión. En su alocución, Oillataguerre trazó un paralelismo entre la gestión de Echevarría y la actualidad del país, expresando que “en estos momentos en que la política está cuestionada de ser una casta y la democracia tiene muchas deudas pendientes, Tuco fue un claro ejemplo de la política al servicio de los intereses del pueblo”, agregando que para reivindicarse “debemos volver a hombres como Arturo Illia, Raúl Alfonsín y Tuco Echevarría”.
Ya en el final el orador se refirió a lo justo del homenaje, “justo debajo de este árbol que es símbolo de vida, tal como lo fue Tuco”.